Written By: Indhira Suero
To be far away from my country —for the first time in my entire life— has made me see its virtues and faults. Now I understand all the friends who constantly told me “You have to get out of your country and see how people live in other nations.”
Desde que estoy en Estados Unidos algunos días me levanto a sabiendas de que desde la mañana hasta la noche lo único que escucharan mis oídos será el inglés y que lo único que saldrá de mi boca durante toda la jornada será el inglés (con acento dominicano). Y, honestamente, eso me baja los ánimos y me hace pensar ¿en qué rayos me metí?
Certainly, life in the United States is very different to the one in the Dominican Republic. It’s not the same and it will never be the same, and the desire that almost every Dominican has for that to change reminds me of the battle of David and Goliath. (With no intent to compare the two countries).
En esos momentos me hace falta un “¿Cómo tu ta’?” acompañado de frases que solo el que se ha criado comiendo mangú y salami desde chiquitico podría comprender. Pero me doy cuenta que no puedo vocear desde mi ventana un gran ¡HOLA! porque los americanos pensarían que perdí el juicio y, es muy probable, que reciba una visita del 911.
It’s hard for me to see my people wearing long coats, hats and gloves because I know that deep inside most of them crave for a hot plate of Sancocho or for the sound of a merengue.
También se me hace increíble ver como entre personas con orígenes tan diversos es tan fácil reconocer a un dominicano. Sin decir una palabra, hay algo en su fisionomía y forma de mirar que lo delata y de repente sientes una complicidad enorme cuando alguno te dice —con una sonrisa de oreja a oreja —: “Yo soy del Cibao” o “Vengo del Sur”.
It makes me sad to know that a lot of families had to be separated just because my country has so many necessities.
And know that we live in the era of Facebook, Skype and Whatsapp and that technology has made everything so much easier I think about those Dominicans who left the DR 50 or 70 years ago. How much suffering and anguish did they experience by not being able to communicate that often with their loved ones? How cold and lonely where things for them in those times?
A todo aquel que me pregunta cómo es la República Dominicana le digo que es lo mejor. Porque desde que salí de mi media isla el orgullo patrio me subió a millón y me di cuenta que solo yo puedo permitirme hablar mal de mi país, pero opto por no hacerlo y dejarlos pensar que mi tierra es un paraíso y que nada de lo que han visto en otros lugares se compara a las maravillas de mi terruño.
I also think about the famous Dominicanyork who before visiting the Dominican Republic, rents jewelry and buys fancy clothes so that his family thinks that he’s living the American dream, that everything is fine and that he is not cleaning bathrooms or working on a factory.
How can an immigrant tell the ones who wait for him/her that there is no such thing as a “perfect life” and that you cannot find dollars on the streets?
After leaving my country for the first time, I’ve never been more proud to say “My name is Indhira Suero, and I’m from the Dominican Republic.” Even knowing that sometimes we lose hope in our nation and that corruption, injustice and crime are going to swallow what remains of it. I guess that continuing life with a big smile is something that Dominicans do no matter what happens.
Y a los que me preguntan si pienso volver a mi país les digo que sí. Después de todo la mayoría lo hacemos.
Sobre la autora Indhira Suero:
Periodista cultural, columnista, locutora y analista de prensa. Creadora del personaje Negrita Come Coco.
Mención de honor en el Premio de Periodismo Rafael Herrera 2014; Mención de honor en el Premio de Periodismo Joven Feria del Libro 2014; ganadora del Premio de Periodismo Joven Feria del Libro 2012, con trabajos en las categorías de Literatura y Cultura; mención de honor en el Premio de Periodismo Rafael Herrera 2011, con la serie de reportajes Mujeres en el Cine.
Ganadora de la cuarta edición de las Olimpiadas de Ciberperiodismo 2010, organizadas por la Fundación Global Democracia y Desarrollo junto al Gabinete de Comunicación y Educación de la Universidad Autónoma de Barcelona, y nominada al Premio Nacional de Periodismo Turístico Epifanio Lantigua 2010, con el blog Turismo en Quisqueya.
También es becaria 2015-2017 de la beca Fulbright en Estados Unidos.